No hay maestros solo aprendices

Hoy en día se nos incita a especializarnos, a cumplir nuestra función cada vez con una mayor precisión, mientras vivimos en un mundo donde hay más máquinas que humanos.

Pero, ¿dónde queda la curiosidad? Las ganas de explorar, de conocer… Acabamos temiendo a lo nuevo, y no debería ser así. Este relato habla sobre esto. Espero que lo disfruten.

Caminos

En estas palabras, el lector podrá hallar cierta esperanza vital, adentrándose en los recovecos del ser humano. Un aliento, una batalla desde nuestros adentros que, al final, necesitamos creer que vamos a vencer. Sin más ambages, les invito a leer este fragmento.

«Namárië»