Terror, inspiración, desafío…
Son muchas las sensaciones que puede inspirar una hoja en blanco. Y es uno de los mayores obstáculos para los escritores.
Una hoja en blanco implica un potencial descomunal. Aquello que escribamos en ella puede conmover, educar o alegrar, pero, también, alberga la posibilidad de frustrar, enfurecer o desconsolar. Y esto implica tanto a escritor como a lector.
Sin embargo, si tememos un resultado negativo, la hoja permanecerá en blanco, desaprovechada, acumulada en un cajón junto a sus hermanas.

No hay problema con temer a las consecuencias de que la hoja deje de estar en blanco, pero debemos entender que, mientras siga así, la palabra seguirá sin expresarse. Puede que su destino fuese enervar o calmar, inspirar o entretener. Pero mientras siga en blanco seguirá vacía.
Entonces, ¿qué ocurre cuando la hoja ya ha sido escrita?
Aparentemente, ese potencial desaparece. La hoja ya ha cumplido su función, está completa y no puede hacer otra cosa. ¿Cierto?
No.
Pueden tomarse apuntes sobre ésta para aprender más o, incluso, para ser leída por múltiples personas, cuya reacción puede diferir entre sí. También, existe la posibilidad de juntarse con otras para escribir un libro. Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de que las hojas tienen dos caras, y siempre quedan más.
Y, si todo esto falla, siempre podemos hacer origami con ellas.

El potencial implica desconocimiento, y poco puede darnos más miedo que lo desconocido. Pero, si no hacemos nada, la hoja seguirá en blanco. O, peor, podemos hacer uso de ese potencial y que no nos lleve a un resultado deseado.
¿Ha sido entonces un desperdicio?
No, porque aprendemos y, a su vez, enseñamos.
Y, si no es así, no olvidemos que siempre hay más hojas en blanco.
La vida es así. Miedo, felicidad, aciertos, errores …. y aprendizaje continuo. Y como dices , al final hay más hojas en blanco para continuar. Siempre adelante!
Cuanta razón hay en este relato, debido a ideas que nos inculcan nuestros mayores creemos saberlo todo, pero nos falta camino
Gracias por hacérnoslo ver y no olvidar
Por supuesto que una hoja en blanco, te puede exigir que escribas algo.
Y lo peor es que tú sientas ese apremio, la escritura tiene que fluir para lo bueno o lo malo.
No te pongas límites. Escribes muy bien