Carpe Diem
Aprovecha el momento, vive en el presente…
Son consejos bastante obvios, pero, sinceramente, son difíciles de aplicar.
Resulta casi paradójico que el presente, pese a su evidente brevedad, es, literalmente, el único tiempo en el que, aparentemente, podemos actuar.
En cambio, el pasado y el futuro, por inaccesibles que sean, implican un tiempo inconmensurablemente mayor que el breve destello del presente.
Ahí está el conflicto. El pasado con el que cargamos y el futuro al que aspiramos, ejercen una presión difícil de ignorar en nuestro día a día.
La acumulación de errores cometidos a lo largo de nuestra vida provoca inseguridad en nuestras acciones, y un temor al futuro incierto que, en múltiples ocasiones, tiende a paralizarnos, agotarnos y hacernos presos de nuestra propia existencia.
Pero el gran problema no está solamente ahí. Normalmente, la solución sería el viejo y eficaz optimismo, pero en este caso, incluso eso, puede ser problemático. Pues un pasado de éxito genera unas expectativas que no siempre son fáciles de alcanzar y, por el contrario, un futuro ilusionante nos puede distraer del momento presente.
La solución parece entonces sencilla, aunque no fácil. ¿Debemos, por tanto, ignorar el pasado y el futuro, para así centrarnos en el presente?
La respuesta, a mi modo de ver, es que no, pues un presente sin pasado o futuro, es un presente ciego, sin rumbo, del que poco o nada podemos aprender.
Buscando una solución a este problema, nos encontramos con una aparente contradicción. Pues, pese a lo anteriormente expuesto, dicha respuesta implica una mirada positiva tanto al pasado y como al futuro.
El pasado no es fracaso o triunfo. Es aprendizaje y experiencia.
El futuro no es desconocimiento o fatalidad. Es potencial y descubrimiento .
Y, ambos, son nuestro legado.
Pero el momento de oro, es ahora.
Bonita e interesante reflexión. 🥰🥰
Cuanta verdad hay en estas palabras, nunca sabrás lo suficiente, siempre hay que aprender mas
Enhorabuena por estas palabras reflexivas.