El regalo

Cuando nada tiene sentido, cuando nada tiene importancia.


Ahí es cuando uno debe seguir adelante con más energía que nunca.


En ocasiones, el mundo puede parecer un lugar hostil, las cosas no salen como esperábamos, las situaciones a las que nos enfrentamos pueden sacarnos de quicio, a veces la montaña parece demasiado alta como para subirla y, quién sabe, es posible que lo sea. Pero no por ello hemos de dejar de escalarla, no por ello hemos de rendirnos.

¿La vida es dura? ¿Seria? Por supuesto, pero hay que seguir adelante, aunque no siempre sepamos a dónde nos dirigimos o a dónde nos lleva el camino. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, porque, no sabemos lo que nos depara el destino, merece la pena contemplarlo, escucharlo y vivirlo.


Tal vez, llegue el día en que nos encontremos perdidos. Puede que ese día ya haya llegado para algunos, u otros ya lo hayan dejado atrás. Enfrentarse al devenir de nuestros días es lo que nos define como personas. El no saber cómo hacerlo y, aun así, hacerlo nos hace crecer. La reflexión sobre lo acaecido nos permite hacer de la vida, en sus momentos mas duros, algo más llevadero.


No todas nuestras emociones son agradables. La ira, la apatía, el miedo. Cuando todo nuestro ser es incapaz de ver mas allá de su propia nariz, cuando se nos olvida todo lo que hemos sido y podemos ser. En esos instantes de duda, de interrogaciones sobre nuestro lugar en el mundo, incluso, cuando éste parece un indiferente, es el momento en el que podemos ver la utilidad de nuestro dolor, el cual puede ser el yunque sobre el que forjar nuestro ser.

Buscar y no encontrar.


Miedo a defraudar a nuestros seres queridos, apatía ante una vida que se presenta gris, ira ante nuestros propios defectos. Todo ello puede ser usado como combustible para seguir adelante. No todo en nuestra vida tiene que ser la pieza perfecta del rompecabezas para poder dar el siguiente paso.


¿Miedo a defraudar? Haz todo lo que esté en tu mano para no hacerlo.


¿Apatía ante una vida sin sentido? Bien pensado, es algo liberador.


¿Ira ante nuestros propios defectos? Pulirte como quien le da forma a un diamante.


En definitiva, merece la pena luchar día a día por todo aquello que nos es preciado, porque no recordar el arrullo del agua o el tacto de la hierba no es razón para no continuar. Porque aquello que fue hermoso puede volver a serlo.


Este texto es una reflexión un poco diferente a lo que acostumbro a escribir o pensar en mi día a día. Puede que nuestro lector habitual no comparta del todo esta forma de ver las cosas.


Quizá esta perorata no sea necesaria, pero si que era algo que necesitaba. Y espero a alguien, en algún momento, le ayude a dar un paso mas.

Carlos García Collado

Carlos García Collado

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Un hombre es quien decide ser. Es posible que aún no lo haya decidido, pero no por ello he de dejar de buscar. Avanzando en la vida, y en la escritura, puede que consiga encontrarme a mí mismo.

2 thoughts on “El regalo”

  1. La manera más efectiva, elegante y silenciosa de gritar es escribiendo. En este ejercicio de la escritura se aplica buena dosis de reflexión, por lo tanto, si es bueno el hacerlo… que cada cual juzgue, personalmente, así lo creo.
    No parad de escribir. Un saludo.

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