“Sin Título…”

Imagínese, si lo desea, la situación que le propongo. Está en un restaurante. De esos que se ven en los hoteles caros. Está rodeado de gente cumpliendo todos sus deseos. Pues bien. Ahora mire a su alrededor. Su realidad, posiblemente, no coincida con esa imagen ¿Verdad?

Aquello que deseamos no es necesidad, podemos desear aquello que no necesitamos ni siquiera para conseguir aquello que ansiamos. Vivir en una dicha continua seria como vivir en un mundo sin brillo.

Tampoco es necesario imaginarse una situación idílica para que lo que le rodea parezca desmerecer en comparación. Incluso, el refranero español juega en nuestra contra. “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, reza el dicho. Parece que, cuando recordamos, todo brilla y, tras un instante, la vida carece de ese “glamour” que tienen nuestras vivencias pasadas.

En ocasiones, querido lector, recuerdo los viajes que realizaba con mi familia por Francia. El viento agitando nuestros gabanes en Normandía, o la imagen del Monte Saint-Michel recortándose en el horizonte. Recuerdos que vienen para dibujarme una sonrisa en la cara. Sin embargo, no siempre aparecen, en esos recuerdos, los eternos viajes en coche para llegar a cada destino, en carreteras que parecían no acabarse nunca, cansado y con sueño, mirando como cada árbol se juntaba con el anterior en una masa informe de verde que no dejaba de ser hermosa solo por no destacar sobre lo demás.

Indistinguibles y sin nombre.

Cada día no tiene por qué ser hermoso. A veces, las semanas pasan volando y, en otras ocasiones, no hay manera de que una hora se acabe, y todos los días parecen de un gris cargante del que no sabemos cómo sacar una gota de color. Pueden pasar las semanas esperando que llegue el “gran día”, el momento a destacar. El día de su graduación, la reunión en la que ansia demostrar lo que vale, la cita con aquella persona que le tiene tan nervioso que hasta olvida quién es por momentos.

Esos días llegan, y también pasan, con más pena o más gloria. Pero pasan. Se convierten en ese pasado que parece brillar con tanta intensidad. Aunque, tal vez, durante ese tiempo también hay momentos que, de haber estado más presentes, de no haber estado tan centrados en el futuro incierto que nos aguarda, hubiéramos sabido apreciar el aquí y el ahora.

Tal futuro es algo que merece la pena perseguir, por supuesto. Ninguno deberíamos quedarnos estancados en la placidez que aporta la seguridad de lo bueno conocido, sino usarla como base para avanzar hacia un mañana mejor. Pero perder de vista lo que tenemos delante, pensando en un futuro tan amplio como el pasado que creemos recordar, puede hacer que, no solo olvidemos valorar, en su justa medida, el momento presente, sino, incluso, olvidar por qué empezamos ese camino en un primer momento.

Cada día, cada momento, tiene valor propio. Aquella película que vio con un amigo, sin que ninguno abriera la boca, compartiendo una escena y una cerveza. Ese día en el que volvió a casa con el corazón roto y su familia le recibió con un abrazo. Ese noche sin domrir en la que no dejó de estudiar para un examen más. Cada uno de esos momentos, más grandes o más pequeños, le ha llevado a donde se encuentra ahora. Y hay algo hermoso en saber que; sea cual sea la situación, sea cual sea la meta, cada nuevo paso en la senda de la vida ha sido, y será, tan importante como todos los demás.

Carlos García Collado

Carlos García Collado

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Un hombre es quien decide ser. Es posible que aún no lo haya decidido, pero no por ello he de dejar de buscar. Avanzando en la vida, y en la escritura, puede que consiga encontrarme a mí mismo.

4 thoughts on ““Sin Título…””

  1. Enhorabuena
    Sin palabras, me he quedado de este relato, y me ha abierto una reflexión mental, en que se justificaria”no dejes nunca de aprender, sigue adelante”, tratando de que el sueño que tienes se cumpla
    Gracias y mil gracias

  2. La vida pretende que des pasos. Al menos, uno; siempre hacia delante, más allá, a futuros caminos por descubrir. Mirar atrás, evocar el pasado, idolatrarlo o añorarlo no es más que un obstáculo en esa senda ulterior y desconocida que, como tu texto, aún carece de título.

  3. Encantada de leer tan bello texto!, gracias Carlos. Te auguro un futuro de éxitos si sigues con estos textos tan preclaros y sencillos de leer! Enhorabuena

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